Un San Nicolás en París

Me da vergüenza contar esto, pero es una buena historia. Hace dos días iba caminando por París. Andaba cerca del Arco del Triunfo, por una calle de tiendas y hoteles lujosos, cuando un italiano, desde un coche, me llamó. «Eh tú. ¿Puedes acercarte?». Pensé que estaba perdido, que necesitaba una indicación, y que era una buena oportunidad para ayudar a alguien y sacar a relucir, de paso, algunas palabras de mi pobre repertorio en italiano. Pero el tipo no estaba perdido y me salió con la siguiente historia: – Ah, eres argentino. Perfecto. Porque entre italianos y argentinos nos entendemos. Además el Papa Francisco me cae muy bien, así que te voy a hacer un regalo. Mira. Acabo de terminar con una exposición de ropa aquí en París. Tengo que volver a Italia en 3 horas. Debo devolver este automóvil de alquiler y tomar el avión. Pero no puedo llevarme toda esta ropa de vuelta. Es mucho peso y no tengo espacio. Además, es ropa que la empresa ha regalado para la exposición y creo que los dos nos podemos beneficiar de ello. ¿Me entiendes? Son 3 camperas de piel original que cuestan 1000 euros cada una. Dame 100 por …

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El día después

Lo temo, lo anticipo, lo se: para Clémence, que me está esperando, que no pudo pedalear el último tramo de Londres a París, será una experiencia decepcionante leer esta crónica. ¿Con quién me metí? Pensará. Después de dar la vuelta al mundo juntos, a punto de formar una familia, ¿se pone a escribir sobre fútbol? Hombres. Ayer iba pedaleando. Eran las 6 de la tarde. Se acercaba la noche. Y como siempre, como todas las tardes cuando comienza a caer el sol, necesitaba un lugar para dormir. Pero era un día especial: jugaba la selección Argentina contra Ecuador. Allá en la altura: complicado. Último partido de la eliminatoria del mundial. Opciones: ganar o tragedia nacional. Jugaba a la 1.30 de la mañana, hora de Francia. Tarde. Muy tarde para un ciclista cansado, fatigado, liquidado por la falta de actividad deportiva como consecuencia de una visita de un mes a su país que lo dejó más gordo y sedentario. La madre que te hace comer y que no te deja lavar ni un plato. Los amigos que se ofenden si comés poco asado. Los cafés y las facturas. Los mates y los bizcochitos. Una y media de la mañana. Argentina. La …

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Viajar y Mate

He aquí una crónica reflotada. La había escrito en México y ahora la reescribo en Escocia / Galería de imágenes. Cuatro fotografías: las dos primeras en Colombia y las dos últimas en Chiapas, México / Se puede viajar de diferentes maneras: de cómo uno se mueva, a que velocidad y con que códigos, dependerá la imagen que se construya sobre la región por la que se transite. Esa es la imagen que nos llevaremos y que transmitiremos a los demás, y al ser completamente subjetiva mejor que sea lo más justa posible. Es muy normal encontrarnos entre viajeros y confrontar opiniones sobre un país, y encontrar, con sorpresa, grandes diferencias en las experiencias que cada uno vivió. Generar empatía con el contexto nos permitirá penetrar en las complejas tramas sociales y ser aceptados (casi) como iguales. De lo contrario, si no existe el esfuerzo por encontrarse y conectarse con las personas, será una experiencia inacabada y vacía. En general (o siempre) aparece esa vacuidad cuando no se encuentra otro camino que el de los tours turísticos y el de los lugares que sí o sí deben visitarse para evitar la condena. En Medellín, alguien me dijo: “si no vas al …

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